02/10/2013
Cada año hacer o no deberes en casa es una batalla en la
comunidad educativa entre los detractores y defensores de esta práctica. Ahora,
en el inicio de curso, un nuevo estudio de la Universidad Autónoma de Madrid
pone en valor los beneficios de realizar tareas escolares fuera del horario
lectivo. Son «un valioso instrumento educativo», pero no vale cualquier tarea.
Las conclusiones de este informe, publicada en la Revista
Psicodidáctica de la Universidad del País Vasco, demuestran que encargar
deberes mejora el rendimiento escolar si son revisados y corregidos en el
aula y siempre que exista una asignación diferencia para los estudiantes
con más dificultades. Sin embargo, no parece haber relación entre el
rendimiento y la frecuencia, el tiempo dedicado o la tipología de las tareas
para casa.
El estudio se ha realizado entre 5.603 niños y niñas de
tercer curso de Educación Primaria, que estudian en 248 aulas de 98 escuelas
situadas en nueve países: Bolivia, Chile, Colombia, Cuba,
Ecuador, España, Panamá, Perú y Venezuela. Los datos fueron recogidos a través
de cuestionarios dirigidos a docentes, estudiantes y familias, junto con
pruebas de rendimiento previo y final de Lengua y Matemáticas.
Los autores (F. Javier Murillo y Cynthia Martínez-Garrido,
de la Facultad de Formación de Profesorado y Educación de la UAM) destacan que
"las tareas para casa constituyen una útil herramienta para incrementar las
oportunidades de aprendizaje de los estudiantes". Además, es un excelente
mecanismo para potenciar la colaboración entre la familia y la escuela, y
construir entre ambas una cultura educativa común.
La efectividad de los deberes se logra, según los autores
"si se verifica su realización y, especialmente, si son corregidas y se da la
información sobre el resultado, los aciertos obtenidos y los errores a mejorar
por los estudiantes". Es decir, la clave está en que las tareas para casa se
incorporen en la dinámica del aula de forma habitual, como un elemento más».
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